Serie: | NA |
Editora: | Alfa y Omega |
géneros: | Poesía |
Autores: | Mateo, Andrés L. |
Paginas: | 102 pages |
Compilador: | Señor Andrés L. Mateo no te enoje por difundir de manera gratuita la edición de este libro, es por el bien de los lectores. |
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Los que integran esta Antología, en su mayoría provienen de los grupos literarios creado después de la muerte de Trujillo, y dos de ellos, Cayo Claudio Espinal y José Enrique García, han trabajado sus textos en el interior del país. Pero lo que se pretende es presentar, por primera vez, un conjunto de trabajos que deje de lado el discurso empírico sobre la llamada Joven Poesía, y que permita conocer los registros con los cuales trabajó y trabaja la escritura de postguerra. Algo más de una década ha permitido la decantación y afinamiento de temáticas y recursos formales; y el recuerdo de la guerra, cuyo sentimiento de frustración marcó la dicotomía trágica del primer grupo de la promoción del 60, es hoy motivo de meditadas irrupciones a nuestro mundo interior en procura de la identidad contradictoria en la que quedó atrapado el hombre que emergió del conflicto. Hemos escogido, en algunos casos, textos del período inmediato a la postguerra, y textos producidos en períodos relativamente recientes, con la finalidad de presentar un muestrario de la evolución de autores, y de la diversidad de temáticas y elementos formales en cuyo acopio se encuentran envueltos todos los autores presentados. Aunque buena parte de la poesía dominicana más joven participa de una concepción del mundo que la coloca afectivamente al lado de las causas populares, es notorio que el Iéxico bélico ha desaparecido. Lo característico, se puede decir, es la diversidad. De los procedimientos clásicos y la selección de vocablos poéticos considerados tradicionales, pero armonizados con una nueva sensibilidad; al signo lingüístico violentado para hacerlo significar múltiples y contradictorias cargas semánticas, se puede saltar, en los grados más extremos (Alexis Gómez y Enrique Eusebio) a la negación, incluso, de la poesía como práctica textual. Aunque siempre apegados a una necesidad de instrumentar un discurso que siendo ruptura formal no bordee el experimentalismo de relumbrón, alejado del hombre, ni la "Poiesis" de ascensión vertical con la que se banquetean los nuevos demiurgos en su borrachera de significantes.
Andrés L. Mateo