Como
debe ser conocido por todos los dominicanos, el 27 de febrero de 1844
cristalizó un movimiento en la ciudad de Santo Domingo que dio fin
al dominio haitiano establecido en 1822. Dado que esta fecha se ha
asociado en forma icónica con la fundación del Estado dominicano,
ha ganado la posición de efeméride máxima de la lucha por la
autodeterminación.
Desde
entonces, sus connotaciones han tenido procedencias y significados
variados. Debido a que para la generalidad de la población lo
ocurrido en 1844 está sumido en penumbras y confusiones y a que
reputados historiadores han planteado tesis contrapuestas, el texto
que sigue se propone dos objetivos: acometer una exposición sumaria
de los hechos, sobre la base del cotejode fuentes disponibles, y
proponer una interpretación acerca de los determinantes sociales que
intervinieron. Desde poco tiempo después de consumado el proceso que
concluyó con la fundación del Estado dominicano, se elaboraron
narrativas con sus correspondientes interpretaciones, explícitas o
no, acerca de lo que había sucedido. La distorsión de los
acontecimientos fue la norma durante décadas, fuese para fundar una
mitología autoritaria personificada en Pedro Santana, en desmedro de
la verdad histórica, o simplemente como resultado del encadenamiento
subsiguiente de desconocimientos. Este último aspecto ha de ser
objeto de atención, habida cuenta de la inexistencia en aquella
época de una producción historiográfica nacional.
Se
procede, por tanto, a una reconsideración de los sucesos y procesos
con la tesis central de que el 27 de Febrero estuvo pautado por la
aspiración al goce de la autodeterminación como concreción de los
atributos de las naciones. En su inmensa mayoría, los dominicanos no
se asumieron como haitianos, aunque otorgaran respaldo o aceptación
pasiva al régimen constituido en febrero de 1822. Tuvo que pasar
largo tiempo para que esta disparidad de identidades, sustentada en
siglos de historia en que se formó el pueblo dominicano como entidad
particular, diera lugar a la disposición de fundar un Estado
autónomo.