Palabra, canto y testimonio explora las inquietudes investigativas más variopintas del nacimiento del son y los acalorados debates que tras de esta historia se tejen. Pero es el año de 1977 que enmarca una rotunda extensión de anécdotas y curiosidades, ya que representa el momento cumbre de su historial artístico. Es ahí donde el autor hace gala de un despliegue de anécdotas personales en las que muestra la sensibilidad de su repertorio y un verdadero triunfo del arte de cantar, ya que se trató del primer latinoamericano en participar para un espectáculo de multitudes como lo fue Mis Universo 1977.

    A través de un espíritu indagador y motivado por el magnífico repertorio olvidado de las criollas y por una personalísima inquietud artística, emprende la búsqueda para rescatar del olvido las piezas más características y significativas y realizar una grabación de dos discos de larga duración de este género musical que coronaron figuras cimeras tales como José Dolores Cerón y otros.

Fuente:Orlando Cordero